Si no puedes ver bien esta newsletter haz click aquí

Esta newsletter ha sido patrocinada por

Edición patrocinada por The Sales Institute

Si quieres patrocinar esta newsletter –enero ya casi completo– tienes más información aquí. 

Antes de arrancar os voy a pedir –por favor– que dediquéis cinco minutillos a responder esta encuesta que he preparado. Tengas un SaaS propio o solamente estés interesado en este mundillo, estoy muy interesado en escuchar tu opinión. Mil gracias. Ahora sí, vamos.

Una de las cosas que menos se contemplan cuando decidimos montar una empresa es el coste de oportunidad. Cuando decides montar una empresa te vas a convertir en algo muy particular: un generalista.

Un generalista es una persona que toca muchos palos y que entiende de muchas cosas pero se especializa en pocas. Para montar un negocio, ser generalista es muy bueno. Pero para lo que viene después de un negocio no siempre lo es. 

En mi caso: soy un generalista de manual. Me formé como ingeniero –y no se me daba mal– pero me moví a la parte de producto –que no se me daba mal– y después al marketing –que no se me daba mal– ¿el resultado? Ni soy el mejor programador, ni el mejor encargado de producto, ni el mejor marketer. Hay muchísimos mejores que yo. ¿Podría trabajar como alguna de esas cosas? Creo que sí, pero tendría que empezar desde prácticamente cero. 

El escenario menos probable: lo petas bien petado en tu empresa –y te haces rico, pero rico de dar asco– y puedes dedicarte a vivir la vida en una playa del caribe o a torturar a otros fundadores desde un fondo de Venture Capital. Tú eliges. 

Los escenarios más probables: lo haces regular o lo haces fatal y el resultado es que cuando has terminado no tienes un botín suficiente para vivir holgado el resto de tu vida. En este caso, si eres un generalista, es probable que estés fastidiado. 

En muchos corporales te van a decir que aman a los emprendedores (spoiler: es mentira, aman decirlo). Creo que todos los que venimos del lado pequeño fantaseamos en secreto con irnos alguna vez a trabajar a un monstruo de miles de empleados. No tiene por qué ser una mala solución pero:

• Date una vuelta por los webs de unos cuantos a ver qué puestos se adaptan a una persona como tú. 
• Seguramente seas viejo para esto: la gente que está trepando la escalera del corporate lleva años en el juego. Tú vas a ser nuevo. Puedes pensar que eres más listo que ellos y tienes más experiencia real. No te engañes: te van a destrozar como los niños rata en cualquier FPS online. 
• Cuando te toque tener por encima a alguien que sea bueno en el juego pero malo en el trabajo te vas a desesperar hasta el infinito. Y no creas que esto va a ser raro. 
• Crees que vas a ir allí y vas a conseguir cambiar cosas. Y hay un concepto que me acabo de inventar: la inercia empresarial hace que una sola persona pueda cambiar muy poco de una empresa de gran tamaño. Y antes esto hay dos opciones: o te aborregas o te vas. 

Soy una persona que ha pensado en muchas ocasiones la posibilidad de montar otro negocio. Y, créeme, no es fácil arrancar una cosa de cero cuando ya te ha ido medio bien. Hay varios motivos: 

• En muchas ocasiones no quieres repetir lo mismo que ya hiciste cuando te fue bien. Quieres probar cosas nuevas, cambiar de sector, cambiar de segmento, cambiar de estrategia. Pasarte otra pantalla de la vida entrepreneur. Y eso está bien, pero la mayoría no somos genios y hacerlo bien en dos o tres sectores diferentes está al alcance de pocos. Yo tengo un amigo que ha vendido 3 empresas cada una igual que la anterior. 
• En otras ocasiones no somos capaces de considerar buena ninguna idea. La experiencia nos hace ver la verdadera dificultad de las cosas y nos quita la inocencia necesaria para lanzarte a algo a pecho descubierto.
• También sucede, sobre todo si te ha ido decentemente, que no tienes el hambre suficiente para pasar las penurias que supone montar algo desde cero. 

Quizás una de las mejores opciones: te libras de la parte inicial y puedes subirte a algo que tenga algo de inercia. Reduces tus riesgos y, obviamente, también reduces lo grandioso que puede ser el resultado.

• Prácticamente nadie va a poner un anuncio diciendo que necesita a un generalista para que se añada a su proyecto para hacer no se sabe muy bien qué. 
• Las puertas de entrada de este tipo de puestos no aparecen en el mercado laboral habitual. Tampoco tiene mucha pinta de que un head hunter te pueda ayudar demasiado. Este tipo de oportunidades vienen por conexiones, contactos o colaboraciones.
• Es difícil que suceda porque necesitas que una empresa esté en un momento muy concreto en el que necesite un perfil de este estilo y tú encajes, tanto en el puesto, como, sobre todo, con el equipo. 

Se supone que tu experiencia como fundador y tus aprendizajes te  han proporcionado un conocimiento sobre ciertas cosas que puedes transmitir. Hay varias opciones aquí: 

• Consultoría: pasta a cambio de tu conocimiento directamente y de uno a uno. No lo veo como una mala opción, pero es cierto que a los fundadores de producto nos cuesta virar hasta allí. Te permite conocer otros proyectos, cobrar un buen dinero y decidir si es el camino por el que quieres seguir. También te da la posibilidad de saltar a alguna de las empresas que conozcas o de encontrar un nuevo nicho de mercado en el que montar algo. 
  
• Talleres: lo pongo en una categoría distinta a la de los infoproductos porque me parece que son conceptos distintos. Formación presencial o en directo, no busca la escalabilidad pero sí que es bastante rentable. Algunos ejemplos que me vienen a cabeza son los de Escuela Escribano, los de Felix o los de Diana. 
  
• Infoproductos: uf, es un mundo muy complejo. En un mundo de soluciones complejas intentan aportar recetas y soluciones sencillas. Creo que solamente tienen sentido si son para cosas muy concretas y muy poco generalistas. Cuanto más te vayan a cambiar la vida, más cerca de la estafa absoluta van a estar. 

Pocas veces me ha acuciado el escenario de tener buscar un trabajo pero, como buen hipocondriaco que soy, en varias ocasiones me he planteado que pudiera suceder. Y, para mí, todo se basa en aumentar la opcionalidad. Cosas que hago para ello:

• Si eres generalista necesitas saber de cosas que se potencien las unas a las otras. Saber tocar el violín y saber torear no son habilidades que se retroalimenten demasiado. Pero saber programar y entender de marketing sí que lo pueden hacer. Por eso mi idea es aprender nuevas cosas o mejorar las que ya se pero siempre hacia campos adyacentes del conocimiento. 
• Si estás haciendo cosas guapas, cuéntalas. De verdad que poner algo de transparencia y contar qué se está haciendo no son un problema en absoluto. Nosotros hicimos muchas cosas que molaban mucho en los primeros años de Acumba y contamos muy pocas. 
• Como aprendizaje de ese error previo viene esta newsletter. La verdad es que cuando la monté no lo hice pensando en tener opcionalidad, lo hice pensando en entretenerme. Pero ahora que ya lleva un par de años sé que es lo que más posibilidades me ha dado de conocer gente, hacer contactos y tener un camino alternativo viable. 
• Ayuda a la gente. Parece que estoy a punto de citar a Paulo Coelho pero creo que ayudar a la gente es una de las mejores formas de conseguir mejorar. Puedes hacerlo de forma masiva –contenido– o puedes hacerlo de forma más individual.

Si quieres apoyar esta newsletter, te agradecería mucho que difundieras este tweet o que la compartieras  👇

Si has llegado aquí sin estar suscrito

puedes suscribirte aquí

Recuerda que todo feedback es bienvenido, puedes contestar directamente a este correo y te responderé personalmente.

Darme de baja | Modificar mis datos