Medio ocupado
- La Newsletter de weareDMNTRs <letter@dmntr.news>
- Hidden Recipient <hidden@emailshot.io>
👻 La Newsletter de @weareDMNTRs 👻

Hay un estado mental del que casi nadie habla, porque no es épico como el burnout ni admirable como la productividad total.
Es una especie de purgatorio moderno: estar siempre medio ocupado.
No estás saturado, no estás tranquilo, no estás a tope, pero tampoco estás descansando.
Estás… ahí.
En una especie de ruido blanco existencial, donde haces cosas, pero ninguna te cambia el día. Donde avanzas, pero nunca lo suficiente para sentirte orgulloso. Donde no estás hundido, pero tampoco tienes aire para algo importante.
Y lo curioso es que este estado no llega un día concreto: va calando poco a poco. Como la humedad en casa, de la que solo te das cuenta cuando ya tienes una mancha enorme en la pared.
La trampa del “medio ocupado” no viene de grandes proyectos ni de grandes crisis. Eso suele activarte. De hecho, muchas veces las crisis o los grandes problemas sirven para enmascarar el estado "natural" de tu día a día. Por ello, aunque las odias, las abrazas en silencio.
El "medio ocupado" sin embargo, viene de la acumulación de pequeñas obligaciones que no te matan, pero te roban toda la energía que tendrías para lo que sí importa. Desde reuniones irrelevantes a emails que no cambian nada, pasando por esas tareas que podrías haber delegado en un alumno de prácticas de 16 años. Son simplemente cosas que haces por inercia, no por objetivo.
Y, al final, el día se te va en microtareas que parecen trabajo, pero no lo son.
En “lo urgente” de los demás, pero no en lo importante para ti o para tu proyecto.
Lo peligroso no es el tiempo que pierdes, es la sensación de estar ocupado sin estar viviendo.
Y aquí viene la paradoja mental, con doble pirueta y tirabuzón: cuando estás muy liado, curiosamente eres más eficiente
A veces, cuanto más lleno tienes el día, más claro tienes lo que no puedes permitirte hacer.
Te vuelves quirúrgico.
Te vuelves selectivo.
Sin embargo, en el estado de “medio ocupado” pasa al revés: te crees que tienes huecos, y esos huecos se llenan de mierda dispersa. O incluso te dedicas a "procrastinar" o como leches se escriba la palabra esa.
Tenía un compañero hace años que decía: “Un calendario con huecos es como un frigorífico: si hay espacio, lo llenas.”
La cosa es que lo llenas con embutido y yogures caducados, no con un buen solomillo.
Pero, ¿cómo detectas la situación? Pues no es fácil, la verdad, pero hay señales que te indican que estás entrando en "el bucle".
Empezar diez cosas y no acabar ninguna o perder más tiempo pensando en hacer que haciendo son dos ejemplos.
Yo lo suelo resumir en no estar cansado, pero estar agotado. Esa sensación cuando acabas el día de decir "¿Y yo qué he hecho hoy?"
La trampa del “medio ocupado” no es falta de tiempo, es falta de foco. De saber a qué debes dedicar tus esfuerzos.
Ese ruido mental que te atrapa entre notificaciones, urgencias pequeñas o movidas extrañas.
Y, a ver, hay días en los que no avanzas porque tienes mucho que hacer, pero hay días en los que no avanzas porque estás demasiado disponible.
Ahora podría empezar a darte consejos de productividad, al estilo Tim Ferris, pero la mayoría de consejos sobre esto hablan de “gestionar mejor tu tiempo” y, sinceramente, no es lo que necesitamos.
Tú ya sabes gestionar tu tiempo, lo que no haces es gestionar la intención.
La salida es casi siempre estratégica, no operativa: decidir qué NO vas a hacer cada día
Antes de meter nada: Corta. Selecciona. Elimina. Quita ruido.
Incluso quizás tengas que estar menos disponible, si estás siempre accesible, siempre te van a poner tareas que no son tuyas.
Pero lo que mejor suele funcionar es meter en cada día algo profundo. Solo una tarea, pero que "mueva la aguja" de tus proyectos.
Me he propuesto a partir de hoy comenzar a escribir en mis notas diarias esa tarea que "ha movido la aguja" de mi proyecto vital cada día, y programarme la del día siguiente. Ese "20% semanal" que Google daba a sus empleados para proyectos innovadores, dedícalo a intentar no quedarte en la "medioocupación"
Y recuerda: Los huecos sin estímulos generan claridad. Los huecos con notificaciones generan ansiedad.
No sé en qué punto estás tú, pero yo últimamente me he encontrado demasiados días en esa zona gris. Haciendo cosas, sin parar… y sintiendo que no estoy haciendo nada.
Y esta semana me he dado cuenta de algo que me ha dolido: cuando estoy “medio ocupado”, no pienso, solo reacciono.
Y si no pienso… no construyo.
O peor: construyo lo que no quería construir.
Así que si estás ahí, en ese limbo raro entre el pasado que ya no empuja y el futuro que no acaba de arrancar, hazte un favor: cierra la puerta a lo que no importa.
El resto empieza a respirar solo.
Feliz Domingo.
🔗 Newsletter patrocinada por: 🔗

Protecting what matters most
🔊 Llámalo podcast... 🔊
Todos aquí: https://go.ivoox.com/sq/2343562
👀 Las paranoias de la semana 👀
He pensado en recopilar las cosas que me van viniendo a la cabeza mientras paso los días haciendo cosas...
---
Esta semana me metí en el cuerpo casi nueve horas de coche y una noche de hotel… solo para cenar con unos amigos.
No iba a hacer negocios, no iba a buscar financiación para ningún proyecto, no iba a “generar valor”. Solo iba a cenar con unos amigos.
---
Y aun así, esa cena, entre pulpo a la gallega y cachopos con queso viejo, valió más la pena que muchos eventos “estratégicos”.
---
Estar rodeado de gente con experiencia, claridad mental y, sobre todo, sinceridad, convirtió la velada en algo totalmente enriquecedor. Una de esas cosas que te recolocan, aunque no lo vayas buscando.
---
A veces lo más rentable que puedes hacer… es simplemente sentarte a cenar con la gente adecuada.
---
Y fin...
Llegamos al último mes del año y, con ello, inevitablemente, a ese “recap” profesional que todos hacemos aunque no queramos admitirlo. Para mí ha sido un año de crecimiento, en lo personal y en lo profesional; un año de sentirme acompañado, respaldado y empujado en cada proyecto que quería sacar adelante. Y, sobre todo, un año lleno de retos que hace tan solo año y medio me habrían parecido ciencia ficción.
Ahora solo queda poner el foco donde realmente debe estar y meter una marcha más. Lo demás, si tiene que llegar, llegará solo.
Así que pie al embrague, leve toquecito al acelerador, golpe a la palanca de marchas y ¡GO!
¿Embrague? ¿Acelerador? ¿Ya tiene el coche de rallys o todavía no?

Similar newsletters
There are other similar shared emails that you might be interested in: