Abrir Sublime y escribir
- La Newsletter de weareDMNTRs <letter@dmntr.news>
- Hidden Recipient <hidden@emailshot.io>
👻 La Newsletter de @weareDMNTRs 👻

Empecé esto de la newsletter casi como un juego, el 6 de febrero de 2022. De hecho, antes de usar esta plataforma autoalojada, la enviaba desde Revue, aquella genial plataforma de newsletters que Twitter decidió cerrar nada más llegar Elon Musk al frente. ¡Gracias máquina!
Todas las newsletters de esa época las tengo guardadas en PDF en mi ordenador, esperando a que algún día les dé una segunda vida como archivo histórico.
En aquel momento, con bastante más tiempo libre del que tengo ahora, ya me parecía una locura añadir una tarea más a mi ajetreada semana. No te digo nada hoy...
Durante estos casi cuatro años, el coste de oportunidad de escribir la newsletter ha sido, a veces, alto. He tenido que sacar tiempo de donde no lo había para escribir estas líneas. Algunas semanas con más ganas, otras con menos, pero hemos sido bastante fieles a esto desde entonces.
Hubo quien pensó que debía monetizarla y convertirla en una newsletter de pago. Lo valoré, pero nunca me pareció una buena idea y lo descarté. En el momento en que cobras por algo, ese algo se convierte en trabajo y, por mucho que te guste, empiezas a coartar la libertad de decir lo que te dé la real gana.
Pero…
¿qué me ha dado realmente esta newsletter?
Para empezar, me ha descubierto lo muchísimo que me gusta escribir. De los hilos de Twitter pasé a este formato y, desde entonces, he descubierto lo bonito que es sentarse a escribir. A veces solo para mí, como en mis relatos de ciencia ficción o textos que guardo en mis rincones digitales privados y de los que solo hago públicos algunos, muy de vez en cuando.
También he descubierto el poder de hacer cosas. Es una sensación increíble llegar a un sitio y que alguien que no conoces te diga:
“Te leo cada domingo”
o
“No hay nada como empezar el domingo con tu newsletter”.
Eso es una auténtica pasada.
La newsletter también me ha traído mensajes de gente que no conozco físicamente, pero que casi siento como de la familia. Personas que se han tomado el tiempo de contestar un correo, abrirme un privado por Telegram o comentarme algo por Twitter.
Y sí, también hemos hecho enemigos durante este tiempo, desde el indio inventor del BGP, pasando por el “Comando CPD profesional”, nuestros amigos de La Liga (un saludo calurosooo 😘) o los plagiadores de artículos palabra por palabra. Pero… ¿qué sería la vida sin haters?
Por eso, en esta última newsletter del año, si nada lo impide, volveremos en enero, quería contarte que, a pesar de vivir rodeados de contenido generado por IA (date una vuelta por LinkedIn y llora), sigo más contento que nunca con esta iniciativa.
La newsletter me da vida. Me obliga cada semana a estrujarme la cabeza para sacar algo que merezca la pena.
Y, sobre todo, me baja a tierra cuando abro Sublime y me pongo a escribir. Sí, la escribo en SublimeText...
Así que nada.
Gracias por estar ahí, por leer, por responder, por discrepar y por acompañar.
Pasa unas felices Navidades, descansa, desconecta…
¡Nos leemos en enero!
🎄✨
Feliz Domingo.
🔗 Newsletter patrocinada por: 🔗

Protecting what matters most
🔊 Llámalo podcast... 🔊
Todos aquí: https://go.ivoox.com/sq/2343562
👀 Las paranoias de la semana 👀
He pensado en recopilar las cosas que me van viniendo a la cabeza mientras paso los días haciendo cosas...
---
Hace dos semanas llevaba unos días chungo, con el estómago fatal, vómitos y tal... Así que nada, me fui para urgencias para ver si conseguían calmarme el tema.
La cosa, de repente, se enredó. Y, no sé cómo, acabé firmando el consentimiento para que me metieran en la vena el contraste para hacerme un TAC.
---
No te digo nada de los nervios que pasé yo allí, porque además me fui solo, pensando que yo solo iba por un dolor de tripa y, a saber, qué habían visto para hacerme un TAC de urgencia... Se me caía el mundo encima.
Encima puse nerviosos a mis contactos más cercanos de Whatsapp, porque estaba allí medio infartando. ¡UN PUTO TAC! ¡Pero si yo venía a que me mandaran algo rápido!
---
Finalmente, "parece" que no era nada, solo un virus más agarrado de la cuenta a mi intestino que me lo había inflamado y que hoy, unas semanas después, sigue ahí un poco latoso. Lo mismo tengo que instalarme un EDR más potente...
---
La moraleja del cuento es que la vida puede cambiarte en unos minutos y nos olvidamos de ello cada día. Lo mismo tenemos que darle una vuelta.
---
Y fin...
Y ahora sí, cerramos el año.
Ha sido un año intenso. De esos que no se miden solo en proyectos, entregables o números, sino en conversaciones, decisiones difíciles, aprendizajes incómodos y alguna que otra hostia bien colocada que, con perspectiva, hacía falta.
Hemos hablado de tecnología, de redes, de seguridad, de Internet rompiéndose un poco más cada día y de cómo muchas veces intentamos arreglarlo todo a base de parches, siglas y humo. Hemos hablado de empresas, de clientes, de sistemas mal diseñados desde el principio y de lo caro que sale no pensar las cosas con calma. También de IA, de automatización, de futuro… y de lo poco futuro que a veces parece todo cuando levantas la cabeza y miras alrededor.
Pero entre tanta tecnología también han salido cosas más humanas. El cansancio, la presión, el ritmo absurdo, la sensación de estar siempre ocupados y aun así tener la impresión de no llegar a nada. La necesidad de parar, de bajar la pelota al suelo, de volver a lo básico. De recordar por qué hacemos lo que hacemos.
Hemos hablado de hacer cosas. De no quedarse mirando. De escribir, de montar, de probar, de equivocarse. De seguir adelante incluso cuando no hay un plan perfecto ni una certeza clara de que todo vaya a salir bien. Porque casi nunca la hay.
Este año también ha servido para confirmar algo importante: que al otro lado hay personas. Personas que leen, que piensan, que responden, que no siempre están de acuerdo y que, aun así, se quedan. Y eso, en Internet, es oro.
Así que gracias.
Gracias por leer hasta aquí cada semana.
Gracias por los correos, los mensajes, los comentarios, los desacuerdos y también los silencios.
Gracias por hacer que sentarse delante del teclado siga teniendo sentido.
Cerramos el año. Apagamos un poco el ruido. Cogemos aire.
En enero volveremos. Con más ideas, más dudas, alguna certeza nueva y las mismas ganas de seguir escribiendo, pensando y, sobre todo, haciendo cosas.
¿Acabamos el año el 14 de Diciembre? ¿Cuántas vacaciones coge este tío?

Similar newsletters
There are other similar shared emails that you might be interested in: