A principios de mes, Zapier, uno de los SaaS de automatización de flujos de trabajo más conocido, publicaba un artículo en su blog en el que expresaba sus nuevos requisitos a la hora de contratar personal en la era de la IA: From AI-friendly to AI-first: How Zapier is transforming hiring and onboarding.
La novedad que aporta Zapier frente a otras empresas de las que hemos leído mandatos similares como Shopify o Duolingo, es que explican claramente cómo han incorporado estos requisitos a su proceso de selección. Citando su blog:
A partir de ahora, se espera que todas las nuevas contrataciones en Zapier cumplan con un nivel mínimo de competencia en inteligencia artificial. Esto no significa tener un conocimiento técnico profundo en todos los casos, pero sí implica mostrar una mentalidad de curiosidad hacia la IA, una disposición demostrada a experimentar con ella y la capacidad de pensar estratégicamente sobre cómo la IA puede potenciar su trabajo.
Estamos actualizando nuestro proceso de contratación, las entrevistas iniciales con nuestros técnicos de selección y las entrevistas formales para alinearlos con este nuevo enfoque. También estamos revisando nuestras evaluaciones de habilidades —comenzando por los roles técnicos y luego ampliándolas al resto de la empresa— para evaluar mejor el nivel de competencia en IA en contextos reales.
Zapier comparte el marco de trabajo que han establecido para medir los niveles de competencia en inteligencia artificial en cinco de sus áreas funcionales, y resulta realmente interesante.
En primer lugar, definen cuatro niveles de competencia:
Inaceptable: Resistencia a las herramientas de IA y escepticismo sobre su valor.
Capaz: Utiliza las herramientas más populares, probablemente con menos de tres meses de experiencia práctica.
Integrador: Integra la IA en sus flujos de trabajo personales, ajusta prompts, encadena modelos y automatiza tareas para mejorar la eficiencia.
Transformador: Utiliza la IA no solo como una herramienta, sino para replantear estrategias y ofrecer valor al usuario que no era posible hace algunos años.
Después, añaden una tabla en la que listan ejemplos de actitudes en cada uno de los niveles para esas cinco áreas funcionales. Por legibilidad, las transcribiré en formato de lista:
Inaceptable
Considera que los asistentes de programación IA son “demasiado arriesgados”.
Nunca ha probado código generado por IA.
Se sirve únicamente de fragmentos de código en Stack Overflow.
Capaz
Usa ChatGPT, Copilot, etc. para tareas de programación sencillas (por ejemplo: expresiones regulares o pruebas unitarias).
Puede explicar cómo formula sus prompts, revisa y valida las salidas generadas por IA.
Integrador
Encadena llamadas a modelos de lenguaje con lógica de respaldo y reintentos.
Agrega pruebas de evaluación para detectar alucinaciones.
Conoce herramientas como Claude Code, Cursor, Windsurf, etc.
Puede guiar a los entrevistadores a través de ajustes de prompts, límites de tokens, revisiones de código, etc.
Transformador
Desarrolla y lanza funcionalidades potenciadas por IA, monitorea métricas en producción y las mejora en base al feedback de usuarios.
Construye un pipeline de desarrollo centrado en IA (con sistemas de control, documentos RAG, etc.) que reduce el tiempo del ciclo de revisión de código.
Inaceptable
Descarta la IA como una moda, sin mostrar curiosidad por el valor que puede aportar al usuario.
Los PRDs y prototipos carecen de conceptos o experimentación con IA.
Capaz
Usa ChatGPT para redactar PRDs, mapas de historias y sintetizar entrevistas con usuarios.
Conoce lo básico (modelos de lenguaje, embeddings, latencia vs. coste) y puede compartir prompts como ejemplo.
Integrador
Lanza una funcionalidad potenciada por IA con la validación humana.
Elige modelos basándose en precisión, latencia, rendimiento y limitaciones del contexto.
Demuestra el retorno de la inversión (por ejemplo, reduce el tiempo hasta obtener insights de 5 días a 3).
Transformador
Desarrolla y lidera la estrategia de producto y la hoja de ruta de IA a nivel organizacional mediante un enfoque de desarrollo basado en evaluaciones.
Lanza una funcionalidad basada en un modelo de lenguaje afinado internamente que habilita un nuevo plan de precios.
Inaceptable
Se niega a usar IA en los flujos de trabajo de atención al cliente.
No tiene habilidades de automatización (reglas, macros, bots, etc.).
Gestiona cada ticket de forma manual.
Capaz
Integrador
Crea flujos de trabajo en Zapier que priorizan colas y etiquetan automáticamente registros en el CRM.
Monitorea métricas de experiencia del cliente (CX), ajusta prompts cuando la IA interpreta mal el tono y mantiene un documento vivo de buenas prácticas.
Transformador
Implementa un bot de triage con IA a nivel organizacional que reduce el tiempo de primera respuesta en un 25%.
Crea y presenta paneles de ROI, equilibrando coste y experiencia del cliente en la planificación trimestral
Inaceptable
Desconfía de todas las herramientas de contratación basadas en IA.
Revisa cada currículum uno por uno.
Realiza de forma manual el seguimiento y las comunicaciones con candidatos.
Capaz
Redacta guías de entrevistas y resume sesiones de evaluaciones con ChatGPT, ahorrando unas dos horas por semana.
Puede explicar los límites de privacidad (por ejemplo: no incluir datos personales en modelos públicos).
Integrador
Automatiza los documentos de onboarding; usa modelos de lenguaje para filtrar CVs con controles de sesgo, generando listas cortas tres veces más rápido.
Mide mejoras en el tiempo de contratación y ajusta los prompts para atraer talento subrepresentado.
Transformador
Rediseña el embudo de reclutamiento con IA para reducir el tiempo de contratación en un 30%.
Forma al personal estratégico de Recursos Humanos en IA segura y define la política de la empresa sobre la IA ética en la selección de personal.
Inaceptable
Lanza campañas sin pruebas A/B impulsadas por IA ni variantes de contenido.
Ignora las herramientas de IA para análisis, personalización o conocimiento de la audiencia.
Capaz
Utiliza IA para resumir historias de clientes.
Genera borradores iniciales de publicaciones y titulares para redes sociales con IA, y luego los edita manualmente.
Integrador
Transformador
Crea un motor de campañas impulsado por IA para personalizar contenido a gran escala.
Dirige formaciones trimestrales sobre IA, define la hoja de ruta de herramientas y participa como ponente en eventos del sector sobre crecimiento impulsado por IA.
Viendo los ejemplos del nivel inaceptable, queda claro que Zapier no quiere contratar a nadie que tenga una actitud reacia al uso de la IA. El nivel capaz lo pasaría cualquiera que haga un uso casual de la inteligencia artificial, y a partir de ahí, cuanto más seas capaz de conseguir, mejor.
La mayor parte de los que leeréis estas líneas os podéis considerar unos afortunados, porque como nativos digitales difícilmente os habréis tenido que capacitar en este tipo de competencias para optar a un puesto: el sector tecnológico nos impulsa a estar encima de estos avances antes que nadie. Sin embargo, para los que quedan fuera, este tipo de requisitos actúa como barrera de entrada, siendo comunes a lo largo de la historia especialmente en momentos de saltos tecnológicos.
Pasó así por ejemplo con la adopción de los ordenadores personales en la década de 1980, y ocurrió también más tarde con la llegada de Internet. Era normal ver ofertas de trabajo en las que se requerían conocimientos de ofimática, del manejo de correo electrónico, o de la propia WWW.
Ejemplos más cercanos y más especializados los tenemos en perfiles de Product Managers, en los que observamos requisitos de habilidades de manejo y análisis de datos, o perfiles de Administradores de Sistemas a los que se les exige ya desde hace muchos años conocimientos de Cloud.
No estamos por tanto ante un fenómeno nuevo. Las empresas llevan filtrando currículums por sus niveles de competencia en determinadas tecnologías desde hace décadas. Lo que quizás sí es una novedad respecto a la IA es la rapidez de su expansión y la transversalidad de su aplicación práctica.
Y es que, como vemos en los requisitos de Zapier, las empresas esperan que todas las áreas de negocio, no sólo las técnicas, tengan conocimientos prácticos de uso de inteligencia artificial.
¿Atención al cliente? ✅
¿Recursos Humanos? ✅
¿Marketing? ✅
¿Administración? ✅
¿Ventas? ✅
¿Operaciones? ✅
Mi espíritu emprendedor me dice que hay una oportunidad de negocio gigantesca en la formación de empleados en competencias de IA. Ahí lo dejo.
En pocos años, saber manejar herramientas de inteligencia artificial será tan común y básico como hoy lo es saber crear un documento o buscar información en Google. Cuando estas competencias sean universales, dejarán de ser un factor diferenciador en el mercado laboral.
La clave para destacar entonces estará en las habilidades que las máquinas difícilmente podrán replicar: las habilidades blandas. Porque aunque la IA resuelva con rapidez los desafíos técnicos, serán las personas quienes deberán resolver conflictos, tomar decisiones trascendentales, inspirar equipos y conectar emocionalmente con clientes y colaboradores.
Comunicar con eficacia, liderar con empatía, adaptarse ágilmente y trabajar bien en equipo serán las verdaderas competencias que diferenciarán a los mejores profesionales del resto. Prepararse para ese futuro implica no sólo dominar la IA, sino también cultivar activamente estas cualidades humanas.